Tanto si ya tienes un clorador salino, como si vas a comprar uno, probablemente, el aspecto que más te interese sea el de su eficacia para mantener limpia y sana el agua de tu piscina.
Por ello, te presento varios puntos a tener en cuenta para obtener el mayor rendimiento en el proceso de electrólisis salina y alargar así la vida útil del clorador.
Factores que influyen en la desinfección
Aprovechar todo el potencial de la electrólisis no significa forzar el clorador salino, al contrario, significa tener el proceso cuidado y optimizado, haciendo que el desgaste de las placas sea menor y la desinfección mucho más efectiva y rápida.
Para conseguirlo, te presento varios factores que influyen directamente en la efectividad del cloro y la cantidad necesaria del mismo.
Niveles de sal en el agua
Si bien es cierto que existen cloradores salinos cuyos electrodos resisten altas concentraciones de sal, los aparatos que se comercializan normalmente para usos domésticos están pensados para un determinado rango que, únicamente, contempla los niveles más comunes. Esto se hace así debido a que se reducen (y mucho) los costes del clorador y sus células, evitando pagar por una característica del todo innecesaria.
Entonces bien, quedamos en que los cloradores funcionan con un rango específico de concentraciones de sal.
- ¿Qué ocurre si la concentración es mayor?
Una alta concentración de sal provoca una fuerte reacción de los electrodos, dañándolos y desgastándolos rápidamente. - ¿Y si la concentración es muy baja?
A diferencia del punto anterior, en éste caso lo peor que ocurre es que no se genere cloro (o se genere insuficiente). Si bien el electrodo no sufre directamente, pueden ser necesarias más horas de funcionamiento para una correcta desinfección (lo cual sí lo desgasta).
En caso de que no se genere cloro, el agua se enturbiará, aparecerán algas y bacterias que pueden ser peligrosas para el organismo.
Cloro total, cloro libre y cloro combinado
Estos parámetros nos indicarán la cantidad de cloro en la piscina y si la producción del clorador salino es la correcta.
- Cloro libre. Es el cloro “nuevo”. Es decir, el cloro que aún no ha actuado con los contaminantes de la piscina. Altos niveles de cloro libre indican que la producción mediante la electrólisis salina es demasiado elevada, lo que significa que habría que ajustar las horas de funcionamiento del clorador (y alargar su vida útil, de paso).
- Cloro combinado. Este es el cloro que ya se ha combinado con los contaminantes y es el que produce ese característico olor a cloro en la piscina.
Una de las ventajas de la cloración salina es que elimina el cloro combinado (de ahí que el agua no tenga olor). En caso de que su nivel sea alto, significa que hay una gran cantidad de contaminantes y, por tanto, la cantidad de cloro a generar sea mayor.
Control de pH, alcalinidad y dureza
El pH es uno de los principales medidores para conocer la calidad del agua en la piscina. De el depende, de forma directa, la eficacia de la desinfección y la aparición de algas.
Si el agua de tu piscina tiene altos niveles de pH, significa que el agua es alcalina. Por el contrario, si son bajos, el agua se vuelve ácida. En cualquiera de los dos casos, el tratamiento se hace ineficiente y el bañista se ve perjudicado.
El pH 7 es el ideal. Cuanto más cerca de ese valor esté el nivel de la piscina, mejor. Cabe mencionar que con la electrólisis salina, el pH se desestabiliza muy fácilmente, siendo totalmente recomendada la instalación de un panel analizador aparte o un clorador salino que lo traiga incorporado.
La dureza es la cantidad de cal que tiene el agua. Las altas concentraciones de cal enturbian el agua, se adhieren a las tuberías, paredes, bombas, etc. Si bien complica todo el mantenimiento de la piscina, lo que destacamos en este caso es su adherencia a las placas electrolíticas, estropeándolas. Un nivel de dureza adecuado está entre las 200 y 400 partículas por millón.
El tiempo de funcionamiento del clorador salino
Otro factor que influye directamente en la desinfección es el tiempo que funciona un clorador cada día. A más tiempo esté en funcionamiento, más cloro genera.
Por lo tanto, es muy importante regular el tiempo según la época del año, el uso y la exposición de la piscina a contaminantes y al sol.
Tratamientos de choque y mantenimiento
Si bien es cierto que el clorador salino genera su propio cloro de manera continua, no pasa nada por añadir cloro manualmente, si fuera necesario. Éste es el caso de los tratamientos de choque, que siguen siendo obligatorios en caso de que la piscina haya sido usada por gran cantidad de bañistas o haya estado expuesta a contaminantes. En nuestro blog, tenemos un post explicativo sobre cómo realizar un tratamiento de choque.
Tampoco has de olvidarte de llevar un correcto mantenimiento.
Limpieza de las células del clorador salino
Si bien con la electrólisis salina el mantenimiento es mucho más sencillo que con el cloro, el clorador sigue necesitando de un mantenimiento básico cuya periodicidad depende directamente de la pureza del agua (de ahí la importancia de los factores anteriores).
Las células electrolíticas, con el tiempo, acumulan cal, algas y otros contaminantes, haciendo que su eficiencia a la hora de generar cloro baje y, por tanto, requieran de más potencia y mayor tiempo de actividad.
Los cloradores salinos de gama alta, suelen incluir un proceso de limpieza automático, previniendo así la acumulación de residuos y garantizando siempre el funcionamiento más eficiente. Pero, evidentemente, no todos disponen de un clorador con dicha función incluida. Si el tuyo requiere de limpiezas manuales, has de estar pendiente y revisar las células una o dos veces al año.