Estamos en pleno verano y temporada de baño, el mejor momento para disfrutar de las piscinas y el mar (en caso de que lo tengas cerca y te guste la playa, claro). En cualquier caso, si eres dueño de una piscina, no todo va a ser sol y agua, habrás de preocuparte, también, por su mantenimiento.
¿Por qué preocuparse por el mantenimiento de piscinas?
Bueno, realmente, siempre tienes la opción de contratar a alguien para que lo haga por ti. Es un servicio muy barato. De este modo solo tendrás que ponerte el bañador y nadar, nada de tratar con productos químicos, cepillos, ni máquinas.
¿Y qué pasa si no se lleva un mantenimiento adecuado?
En caso de que haya un exceso de productos, el agua podría tener un fuerte olor químico, causar irritación en la piel, irritación en los ojos, estropear los trajes de baño y destruir los tintes del cabello. Siendo solamente algunos ejemplos.
Por el contrario, si hay una insuficiencia de productos, una limpieza deficiente o niveles incorrectos, el agua puede enturbiarse; pueden salir algas (volviéndose la piscina de color verde); los filtros pueden quedar atascados, estancando así el agua y una gran cantidad de problemas más que, en algunos casos, son muy difíciles y costosos de subsanar.
Lo preferible, viendo los pros y los contras, es realizar el mantenimiento lo mejor que puedas, quitándote de encima los futuros problemas.
5 pasos para un correcto mantenimiento
El mantenimiento puede ser perfectamente realizado por cualquier persona, siempre y cuando tenga nociones, algo de experiencia y ganas de trabajar.
Está claro que un profesional siempre realizará la labor de una forma más rápida y acabará reduciendo costes a medio y largo plazo, ya que cuenta con mucha experiencia a sus espaldas.
Lo primero de todo y antes que nada
Antes de zambullirnos al agua con un cepillo cualquiera para limpiar el fondo, ni echar cualquier bote de cualquier cosa a la piscina, lo más recomendable es leer este manual, en el cual lo primero que entra son las normas básicas (pero muy importantes) de seguridad:
- Los tratamientos químicos deben de aplicarse cuando no haya nadie en el agua y, una vez aplicados, se debe de esperar el tiempo establecido por el fabricante del producto antes de poder hacer uso de ella. Por tanto, un buen momento para echar químicos suele ser al atardecer o por la noche.
- Los productos químicos deben ser almacenados en lugares inaccesibles para los niños y animales.
- Al hacer uso de aparatos eléctricos, tenga especial cuidado con el peligro de electrocución.
- En la sala de máquinas de la piscina, hay diferentes llaves de paso. No modifique la posición de las mismas con la maquinaria encendida.
- No manipule los aparatos si no está seguro de lo que está haciendo.
- Asegúrese de que el desagüe cuente con rejilla de seguridad. Igualmente, evite encender la bomba de desagüe mientras hay alguien en el agua (sobretodo niños). Hacer esto, puede provocar accidentes muy graves.
Ahora que conoces las normas, puedes proceder con lo demás.
#1 – Calcular la profundidad media y el volumen de la piscina
Los tratamientos se hacen en base al volumen de agua que hay en la piscina. Por ello es que, antes de iniciar cualquier medida, se debe de calcular su profundidad media para, posteriormente, calcular el volumen.
La profundidad media se determina con una fórmula de lo más simple:
(profundidad mínima + profundidad máxima) / 2
Una vez que tengamos la profundidad media, podemos pasar a calcular el volumen, que dependerá de la forma de la piscina.
Forma | Fórmula |
---|---|
Rectangular | Largo * Ancho * Profundidad Media |
Ovalada | Largo * Ancho * Profundidad Media * 0.89 |
Redonda | Diámetro * Diámetro * Profundidad Media * 0.785 |
Recuerda que el diámetro es, simplemente, el largo de la piscina.
En caso de que la piscina tenga una forma más compleja, deberás de separarla por partes y calcular el volumen de cada una por separado, sumando los resultados posteriormente.
#2 – Control de pH
Hay factores importantes, medianamente importantes e irrelevantes. Pues el pH no entra en ninguno de esos tres grupos. Éste factor es de los muy importantes.
Si eres lector frecuente del blog, habrás notado que siempre que se habla del tratamiento de agua, se menciona el pH. Y es que el pH es responsable de algo tan crucial como la efectividad de los productos químicos. Además de eso, el pH influye en la irritación y el enrojecimiento de los ojos.
El nivel de pH se descontrola muy fácilmente con problemas como la presencia de algas, aumentando mucho el valor y reduciendo la efectividad de los químicos.
Tener controlado el pH significa ahorrar en productos.
Este valor se debe de controlar una vez por semana y cuando se renueve el agua de la piscina. Existen kits analizadores para realizar un control manual y paneles analizadores para realizar un control automático.
Una vez tengamos los datos, en caso de que el nivel de pH no esté entre el 7,2 y el 7,6, deberemos de añadirle al agua incrementadores o reductores (según sea el caso).
#3 – Control del cloro
El tiempo y la experiencia han demostrado que el cloro resulta ser uno de los mejores desinfectantes. Destruye todo tipo de microorganismos como bacterias, virus y hongos. El cloro se vuelve una medida esencial si quieres disponer de un agua libre de algas y peligros.
Se controla, al igual que el pH, una vez por semana y después de haber añadido agua a la piscina.
El nivel de cloro en el agua debe de ser 4 ppm (partículas por millón). Esto significa que, por cada millón de partículas de agua, ha de haber cuatro de cloro.
La lluvia, el fuerte viento y un gran uso en un mismo día, introducen en el agua muchos contaminantes, como las esporas de algas, provocando que la cantidad normal de cloro sea insuficiente.
El tratamiento de choque resuelve estos problemas puntuales. Se lleva a cabo doblando la cantidad de cloro presente en las piscinas. Se debe de aplicar en un momento en el cual, durante las siguientes horas (cuya cantidad establece el fabricante), nadie vaya a bañarse. Ten en cuenta que no se puede abusar de este tratamiento.
Tipos de cloro
Para el tratamiento cotidiano, existen varios tipos de cloro. Sin embargo, se recomienda alguno de los siguientes:
- Cloro de 4 efectos. Contiene cloro, alguicida, floculante y antical.
- Cloro de 5 efectos. Como el anterior, pero con mantenedor de pH incorporado.
- Cloro de 10 efectos. Éste, además de los efectos que traen los dos anteriores, añade abrillantador, bactericida, clarificador y fungicida.
- Cloro de multifunción sin sulfato de cobre. Es muy aconsejado para su uso en piscinas de liner y poliéster puesto que no daña las superficies de las mismas.
El cloro se vende en bloques de 500 gramos, pastillas de 200 y en garrafas con cloro líquido.
Las pastillas se aplican introduciéndolas en el skimmer del sistema de depuración o, en caso de no disponer de el, se deben de utilizar dosificadores flotantes. Nunca se debe de echar la pastilla de cloro al agua directamente, pues estropean el recubrimiento del fondo y no se dosifican, ni disuelven de manera uniforme.
#3.1 – Cloradores salinos
En caso de que la piscina disponga de un clorador salino, lo más probable es que ya traiga un panel analizador y regulador de pH automático.
El panel analiza constantemente estos valores y los regula por sí mismo, sin requerir de intervención.
Hay que tener en cuenta que la cantidad de sal en el agua debe de ser entre 4 y 6 gramos/litro. Quedando, normalmente, la concentración en 0,5%.
No se debe de olvidar que la sal se va perdiendo muy lentamente al hacer uso normal de la piscina. Una o dos veces al año, se deberá de regular el nivel añadiéndole más sal al agua.
#4 – Mantenimiento de las paredes y el fondo: «barriendo» y pasando el «aspirador»
Eventualmente, notarás que en el fondo de la piscina se van acumulando distintos tipos de restos. Pueden ser piedras, ramas, hierbas, frutos de los árboles o insectos. En este momento, es cuando uno se da cuenta de que tiene que hacer algo al respecto y limpiar todo eso.
En el mercado hay diferentes tipos de cepillos y limpiafondos (como unas aspiradoras para la piscina). Dentro de los limpiafondos, podrás encontrar aparatos tanto automáticos como manuales.
La tarea es bien sencilla, debes de conectar el limpiafondos, siguiendo las instrucciones, a la bomba del desagüe e ir pasándolo cuidadosamente, absorbiendo así toda la basura acumulada.
También es posible que las superficies se pongan resbaladizas. Esto se debe a la aparición de algas negras (las que se quedan pegadas a las paredes y el suelo). En tal caso, tienes que echarle al agua un antialgas (siguiendo las instrucciones del fabricante) y, al día siguiente, cepillar las superficies. Puedes leer más sobre el tratamiento preventivo antialgas aquí.
Ninguna de estas tareas requiere vaciar el agua. Pueden realizarse perfectamente con la piscina llena. Se trata de un mantenimiento sencillo pero laborioso.
#5 – Otros cuidados
Para reducir la cantidad de contaminantes que llegan al agua, es muy efectivo ducharse justo antes de entrar a la misma. El agua de las duchas consigue quitar mucha de la suciedad que podrían tener las piernas y los trajes de baño (sobretodo si hay césped y árboles).
Una tarea obligatoria y que debería de realizarse a diario es la retirada de restos flotantes. Durante el día y la noche, caen al agua gran cantidad de ellos. El objetivo es conseguir un mayor confort para el usuario y evitar los problemas que pueden derivar de su acumulación.