Los aljibes son una de las partes más importantes en cualquier instalación de agua potable, por ello su limpieza es un mantenimiento primordial. En caso de no hacerse un correcto mantenimiento del aljibe, se corre el riesgo de contaminar el agua con insectos, óxidos, algas y químicos, entre otros.
Se debe tener un especial cuidado con la limpieza de los aljibes en las instalaciones públicas (comunidades, urbanizaciones, escuelas…) y sitios de producción de alimentos (tiendas, granjas, molinos…). Con ello se previene la transmisión de enfermedades a causa del consumo de agua sucia.
Desazolve – Limpieza de sedimentos
El desazolve es la parte principal en un mantenimiento rutinario de aljibes. Se trata de sacar del depósito todo aquello que pueda generar una contaminación del agua: raíces, lodo, escombros, insectos, palos, etc.
En caso de que el aljibe sea de construcción reciente, es muy probable que se hayan quedado restos de los materiales de construcción, los cuales pueden resultar tóxicos si se consumen.
Enjuague y descontaminación del aljibe
Una vez retirado todo el material contaminante, se procede al enjuague del interior del aljibe, para su posterior descontaminación. Durante el proceso de limpieza, el uso del cloro está totalmente desaconsejado debido a que se trata de un espacio cerrado y puede resultar peligroso.
Frecuencia de mantenimiento recomendada
La frecuencia y el tipo de mantenimiento recomendado varían en función del uso final que se le de al agua, la calidad de la instalación y del agua misma.
En caso de ser el agua de mala calidad, la acumulación de lodo, escombros y la crianza de organismos es más rápida. Por ello, se recomendaría un tratamiento no inferior a 4 veces por año.
En caso de tener problemas con raíces, se debería de hacer una reparación anual de las paredes del depósito.
Aún siendo el agua de muy buena calidad, se recomienda una limpieza mínima de 2 veces anuales.
Derechos de la imagen: Andrew Kufahl, Pulpolux