A diario consumimos litros y litros de agua potable, ya sea para beber (no olvides hacerla pasar por una ósmosis), cocinar o lavarnos. A pesar de ello, solemos olvidarnos de dónde viene ese agua y la importancia de mantener limpio el sistema de suministro.
Debemos tener en cuenta que en los aljibes suele quedar agua en el fondo del depósito, hay desprendimientos de hormigón u otros materiales de construcción, pueden colarse insectos, aparecen grietas y fugas, se acumula lodo, etc. Estos factores pueden llegar a contaminar en gran medida el agua.
Por eso te voy a dar tres poderosos motivos de salud para hacer un mantenimiento regular de aljibes.
1. Evitar la aparición de la legionela
La legionela es una bacteria que vive en aguas estancadas, importando poco su temperatura. Su aparición es más frecuente en caso de que haya materia orgánica en el agua. ¿Has comprobado que en tu aljibe no entran insectos?
La mayor fuente de contagio son sistemas de suministro de agua privados. Esta bacteria puede provocar complicaciones pulmonares, fatiga, dificultad para respirar, diarrea y dolores musculares.
Ya han habido casos de legionela en Málaga con su foco dentro de aljibes privados. Puedes obtener más información en el Diario Sur o El Mundo.
2. Proteger el aljibe de insectos
Los insectos logran encontrar muchos huecos por donde colarse, eso si no se crían directamente dentro, a causa de mohos, raíces y algas. Personalmente, conozco casos de personas que han visto gusanos en los depósitos de agua, a los cuales no han sabido dar mantenimiento.
No quiero ni imaginarme lo desagradable que puede ser beber de ese agua.
3. Eliminar los sedimentos
El hormigón de las paredes de aljibe se deteriora y desprende poco a poco, por la erosión que provoca el agua.
La mezcla del hormigón lleva muchos elementos que son tóxicos para el organismo.
Para evitar eso existen pinturas especializadas y recubrimientos termoplásticos (como la mayor innovación). Con estos métodos de revestimiento se cubren las posibles grietas, se evita la aparición de mohos y se previene que el agua esté en contacto directo con el hormigón.